La procrastinacion en nuestras vidas

Hoy me he levantado con ánimo anti procrastinante, lo cual significa que no quiero atrasar las cosas que me he propuesto, por más complejas que sean, el primer paso siempre es posible y a menudo es menos difícil de lo que imagino. Prueba de esto, escribo este texto el cual es algo que me había propuesto hace días, y por razones poco importantes lo he postergado.

Es un hecho que a menudo en nuestra realidad, la barrera más grande que tenemos es nuestra costumbre de evitar hacer lo que sabemos se debe hacer. Sin embargo esto al final termina comprobando que igual había que hacer las cosas, sólo que al tener la opción de hacer las cosas de inmediato o atrasarlo, nos enredamos priorizando, a la vez que aumentamos la cantidad de cosas x hacer, y eso nos lleva a lo que conocemos como estrés.

A menudo esa opción genera un atraso negativo e innecesario. Califico el retraso como negativo e innecesario cuando el resultado final no mejora por haberlas atrasado.

Culturalmente estamos inmersos en un entorno que permite la procrastinacion, y más allá la premia. Uno de los ejemplos más claros es llegar tarde a las reuniones o fiestas, a un nivel al que ya las horas de inicio es imposible creerlas, y menos las de finalización, lo cual diariamente lleva a la sociedad a empezar y terminar todo tarde. Al comparar con países más grandes (España y Estados Unidos) es casi increíble pensar que las reuniones empiezan y terminan a la hora citada, pero es lógico pensar que sería mucho más difícil controlar millones de personas sin estructuras horarias adecuadas. Yo encuentro ahí una de las razones por las cuales nuestra cultura es menos estricta, pero a su vez esto nos impide crecer, o evitar crecer sin estrés.

No creo que evitar procrastinar nos solucione todos los problemas de estrés ni de calidad de vida, pero si creo que controlar mejor nuestro tiempo es una herramienta importante para disfrutar de la vida.

Gracias,
Daniel Nantón